Un entorno circense y una puesta en escena para intentar vender como real a otro nuevo simulacro del fútbol argentino rodeaba al encuentro ante Gimnasia y Esgrima La Plata en el Juan Carmelo Zerrillo del bosque platense.
La simulación de un Maradona DT, de un Gimnasia que pide a gritos mas realidades que marketing, para sortear lo que, a la fecha, parece una utopía que es evitar caer, una vez mas, en la segunda categoría y todo el "agite de parche" de los medios utilitarios fueron el ficticio decorado para un partido de futbol que plasmó realidades bien diferentes.
Gimnasia fue el mismo que venía siendo. Un equipo al que se le caen de las manos las limitaciones y Racing que, aún dejando una imagen mas que pálida, pudo sortear el escollo y llevarse tres puntos que le sirvieron para sumar dos triunfos en serie y volver a ganar como visitante luego de aquella victoria en la cancha de Independiente por 3 a 1.
El partido fue de trámite parejo con un primer tiempo donde Gimnasia hizo mas por llevarse la ventaja -el arquero Arias sacó dos pelotas muy complicadas- pero no puede con sus deficiencias y eso lo aprovecharon los de Coudet que, en la única jugada de peligro, en un centro al área tripera, "Pulpo" González conectó de cabeza el balón, de pique al suelo, para que el golero gimnasista generara un doble blooper, escurriendosele el balón entre las manos para luego filtrarsele entre las piernas abiertas y ubicadas dentro del arco. Era 1 a 0 para Racing que había hecho muy poco para justificarlo.
El segundo tiempo mostró mas de lo mismo. Gimnasia con una voluntad que conmovía, pero con un baldío inmenso a la hora de producir ideas, fue para adelante hasta lograr la igualdad en un cabezazo que García logró "durmiendo" a la zaga de Racing. Era 1 a 1 y el score se "amigaba" con la realidad.
Pero, cuando un club anda mal desde su cabeza, la suerte tampoco es tonta y selecciona. Solo un minuto mas tarde en una gran jugada de Barbona que sacó en un disparo que se devió en la mano del defensor local (hubiese sido penal de no terminar en gol) y ese rebote le sirvió el balón a Zaracho para que definiera ante la salida del guaravalla platense y decretara el 2 a 1 que a la postre sería el definitivo.
El pobre Gimnasia luchó como un león herido. Fue desesperadamente en búsqueda de una igualdad que no pudo voler a alcanzar porque sus argumentos lo limitan partido a partido, cada vez mas. Lo tuvo dos veces: una en un defectuoso cabezazo de Spinelli y la segunda en un remate que García desperdició de manera increíble.
Racing tuvo las suyas, mas generadas por el desorden del local que por mérito de dominio y sometimiento propio. Un shot de Barbona en el travesaño y una definición desviada de Pillud, tras centro de Zaracho, casi debajo del marco fueron las que pudieron haber decretado un anticipado final y evitado el sufrimiento de la incertidumbre hasta el epílogo.
El final fue un show de insensateces en las declaraciones balbuceantes de Diego Maradona y un Racing que pudo volver a sumar de a tres pero dejando la misma imagen de equipo pálido, previsible y carente de conceptos claros que solidifiquen una levantada real, o sea lo que no se ve sólo con los resultados y es la que se fundamenta en lo intangible.
Gimnasia con un pie en la huesa espera mas de un circo del periodismo corífeo de un Maradona que parece no ser el indicado para esta empresa. Racing piensa en Arsenal que llega en los puestos de vanguardia, para demostrar si esta levantada es real o solo obedece a que pudo doblegar a endebles rivales.
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