Los hinchas de Argentinos terminaron la tarde a puro "ooooole..." y entonando esa canción que hace mención a "los Globetrotters de La Paternal". Tenían derecho a demostrar su alegría, porque con mucha autoridad estaban siendo testigos de goleada 4-1 a Racing, que los deja bien posicionados para los lugares en la próxima Libertadores y también sube en la tabla del Clausura, en la que no había arrancado bien. Y un triunfo como el de ayer sube el ánimo, sin dudas. Lo de Racing es todo lo contrario. A la alegría por el triunfo ante Peñarol en la Libertadores (con tinte épico) le siguió otro golpe en el torneo, que en realidad fue un mazazo, por la imagen que dejó, en especial en el segundo tiempo, y hoy en día está "agarrado con los dientes" del último lugar para la Sudamericana de 2026. Es sabido que este equipo de Gustavo Costas, quien ayer no estuvo en el banco por la suspensión de 4 partidos, tiene dos caras, y en el Clausura está mostrando la peor. Había empezado ganando, y si bien no se puede dejar de lado las virtudes del Bicho, los horrores (quizás espantos) defensivos "ayudaron" a que el equipo de Nico Diez empatara y en un ratito del segundo tiempo pasara a ganar 3-1. Después, hasta el final fue una obra maestra de terror, con cambios que desarmaron el equipo y niveles bajos alarmantes, como con resignación.
Había sido parejo el primer tiempo, con los dos buscando llegar con pelotazos, y la Academia pegó primero con un bochazo que generó una duda en el local, el Ruso Rodríguez no salió y Conechny, que había entrado por Solari, tocó al gol para el 1-0. Poco le duró, ya que Arias no pudo quedarse con la pelota, la cacheteó y se la dejó servida a Lescano para el 1-1. Después casi desnivela Racing con un cabezazo de Conechny y terminó dejando una mejor impresión Argentinos, cuando López Muñoz y Lescano se buscaban.
El segundo tiempo fue muy distinto. A los 5, Lescano tomó una pelota, avanzó, la pisó, miró, buscó a un compañero mientras los defensores de Racing miraban, y la empaló para que López Muñoz, de cabeza, marcara el 2-1. Y a los 14, Di Césare se equivocó, Giménez se hizo del balón, giró, avanzó, levantó la cabeza, y como nadie le salió, le pegó y la puso contra el caño izquierdo de Arias: 3-1 y un golpe de nocaut para Racing.
Quedaba media hora. Argentinos logró el cuarto por medio de Oroz, sin oposición, y las pocas veces que Racing llegó ni siquiera le salió el tiro del final. Argentinos se reencontró con su fútbol y la Academia sufrió un golpe de esos que debe hacerlo reaccionar y pensar que no puede "rifar" el torneo local.
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